20101012

los cosacos 3

duncato es impredecible, lleva el cuento como si estuviera paseando al perro a las doce de la noche por una calle de adoquines de la ciudad de la furia: parece despreocupado del animal, no le presta atención a la mano con la cual agarra la correa, ni siquiera el perro se acuerda que su libertad mide lo largo de una correa, pero de repenta llega a la esquina y dobla el cosaco, y el perro vuelve a saber quien le marca su camino, ya lo sabía pero se había olvidado. así lo lleva al cuento, los otros dos cosacos escuchan, y beben.

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