(Beilinson - Solari)
Soñaste angelitos muy profesionales
que iban al grano jugando a los gangsters.
Dormís colgado en la rama
que soldaste con primor
y el carozo del asunto es tu temor,
es sólo tu temor que es tan puro
y tan elegante
sentado en tu dedo muy almibarado.
¡A vivir que son dos días!
(descolgalos del laurel)
Nadie quiere tu secreto más que vos...
nadie más que vos.
Tenés la licencia para envenenarnos,
pensás con audacia consejos muy agrios.
Un caníbal desdentado
enseñando a masticar,
tu negocio es muy difícil de explicar
y fácil de enseñar
fácil de enseñar
si dormiste bien.
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