20120919
20120912
20120910
de las liebres descocidas
esta es la única forma de no perder la cordura. o la única a la vista,
no es eso lo único, lo que está a la vista, lo que se puede percibir.
las dudas estallan como liebres escapando en el campo, pero pocas veces
encuentran refugio, las liebres, y también las dudas. por eso el frío.
por eso el polvo se levanta en el ambiente y grita su presencia ante el
menor hilo de luz que se atreva a entrar. por eso el olor a humedad
dispara contra su pecho, el medio del pecho, donde guarda la angustia
que hará perder su cordura. su que. su cordura. pero el olor es
inevitable, repugnante, indescriptible. como describirle a alguien ese
olor para que pueda sentir lo que siente el hombre sentado allí.
destello de Dios. salvación. esa será su salvación. la máquina contendrá
tres esencias puras en su interior, como si fueran colores primarios,
amarillo, rojo, azul. el sensor tomará la muestra del olor a transmitir,
identificará los porcentajes de cada uno. luego se lo transmite a otra
máquina igual en otro lugar, remoto. cuarenta, cuarenta, veinte. esa es
toda la información que le tendrá que pasar y otra persona en el lugar,
remoto, sentirá el mismo olor. complicaciones dos, el sensor tiene que
ser lo suficientemente sensible, y las esencias deben ser testeadas
hasta asegurar que con esas tres y sus infinitas combinaciones se pueden
formar los infinitos olores que deseamos transmitir. se puede acoplar
al telefono, que transmite sonidos, a las videoconferencias, que
transmiten sonidos e imagenes. habría que patentar la máquina. ponerle
un nombre. apareceran de inmediato los detractores, el chiste facil de
un pedo que viaje mil kilometros. de nuevo la duda. servirá para algo.
será funcional al progresivo distanciamiento social que tanto detesta.
la máquina tendrá memoria, podrá alimentar su melancolía volviendo a
oler una y otra vez el olor a concha de aquella concha. de pronto un
preso recibirá un regalo mejor a los acostumbrados. de pronto será peor.
no está seguro. ya no le gusta su invento. inventar una máquina que
sienta. de ahí a que sienta por nosotros hay un solo paso. le gusta
menos. lo odia. debería perder la cordura. así no piensa más estas
cosas. así se le escapan las liebres. y las dudas también.
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